José Luis Romero Pacheco
En las elecciones andaluzas de 2018, el PSOE, a pesar de la abstención de “los Pedristas” y contrarios a Susana Díaz, fue el partido más votado y el que más escaños obtuvo (33); el PP, entonces en caída libre, se quedó con 26 escaños y un Ciudadanos crecido casi da el sorpaso al PP, obteniendo 21 escaños.
La dirección nacional de Cs y el indefinible Juan Marín, más que sabedores de su incapacidad manifiesta y obviando que su crecimiento estuvo en parte motivado por la capitalización de parte de la gestión de la coalición con los socialistas en la legislatura anterior, entregaron el gobierno de Andalucía a un desconocido Moreno Bonilla (ahora Juanma Moreno) y a un PP en estado crítico; actuando de comparsa e insuflándole oxígeno en Andalucía, así como en Madrid, haciéndose el harakiri, siendo fagocitados por un PP moribundo que les absorbe toda la vitalidad y los deja al borde del precipicio extraparlamentario.
El próximo domingo 19 de junio, los andaluces estamos llamados a las urnas, en unos comicios adelantados por Juanma Moreno tras una legislatura marcada por una feroz pandemia, en la que el Gobierno de la Junta se ha limitado a capear el temporal, beneficiándose de las políticas del Gobierno Central y levantando la voz cuando debiera de haber estado en silencio, pues, miedo da pensar, qué hubiera sido de nuestra comunidad y de los andaluces sin el concurso decidido, firme y determinante del Gobierno de coalición de izquierdas en La Moncloa.
La pandemia, la caída fulminante de Cs, la evolución y el crecimiento de la ultraderecha con la irrupción de Vox, el anodino Juanma Moreno y su oculto PP entre bambalinas, el desconocido Juan Espadas con recelos y heridas sin cicatrizar en las filas socialistas y la dispersión de la izquierda dejan un panorama tan desolador como incierto ante los nuevos comicios.
Tras el primer debate, no ha habido lugar para la ilusión ni la esperanza: el candidato Juanma Moreno exterioriza un convencimiento de sobrado del que adolece y que esconde la temeridad de lo incierto del resultado ganador que predica, pues siendo consciente del pobre bagaje de su gestión, de iluso sería creerse caballo ganador sin más; Juan Espadas, en el nuevo perfil asignado de bonhomía, educado, contemporizador y socialista conservador, no parte con el atractivo de líder de masas , no ya para entusiasmar a “los susanistas” sino ni tan siquiera a “los Pedristas”, así que mucho tendrá que esforzarse en la campaña si quiere superar o al menos igualar los resultados de su predecesora en el liderazgo del PSOE Andaluz. Respecto a Vox, no realizaré ningún comentario ya la propia Olona hizo más que suficiente para desacreditarse a sí misma y a lo que representa. El debate finalizó con la izquierda dispersa y disgregada que, con pinceladas retóricas y postulados generalmente admitidos, no son tampoco ni en su mensaje ni en sus candidatos algo entusiasmable de cara al 19J.
Ante este panorama y con la extinta legislatura absolutamente perdida, en modo alguno podemos repetir el modelo, pues la pandemia en Andalucía ha servido de paraguas a la falta absoluta de gestión de Juanma Moreno y éste no ha demostrado nada más que perfil bajo y no moverse para no acertar ni equivocarse, lo que no es un bagaje para hacerse ilusiones.
Juanma Moreno y el PP tienen miedo pues son conscientes de que pueden tener unos resultados peores a los de las pasadas elecciones y para no reconocer que cualquier expectativa de gobierno pasaría por entregar carteras y políticas a Vox, aparentan estar crecidos y manifiestan, sin convicción alguna, que aspiran a gobernar solos o a repetir elecciones, con la máxima de o Juanma o el caos.
El verdadero cordón sanitario en nuestra tierra no será efectivo aislando a Vox de las instituciones, sino evitando que los votos del PP sean esclavos de Vox y los de Vox nuevo oxígeno para el PP de Juanma Moreno.
Desde que Andalucía alcanzó la Autonomía Plena a través de la vía del art. 151 de la Constitución, la izquierda ha sido históricamente hegemónica en nuestra tierra y la mayor transformación operada y bienestar para los andaluces ha venido de los gobiernos socialistas, bien solos o en coaliciones puntuales, siendo el mandato de Juanma Moreno meramente accidental y circunstancial. Por ello, toda la izquierda ha de acudir en masa a votar para que también el mandato haya sido efímero e irrepetible.
Si el 19 de junio los andaluces acudimos en masa a votar, la izquierda recobrará el gobierno de los andaluces para los andaluces más desfavorecidos y necesitados, aquellos a los que no les afecta la exención del impuesto de sucesiones de herencias superiores al millón de euros y vivimos de nuestros salarios y pensiones y hemos de acudir a los servicios públicos, cada vez más precarios e insuficientes.
VOTAD, VOTAD, VOTAD… VOTEMOS IZQUIERDA, Y GANAREMOS.