- La Federación Local de Asociaciones Vecinales “Sol y Mar”, desde el área del voluntariado, ha comenzado de nuevo su colaboración dentro de la oferta educativa municipal, con actividades de concienciación entre los más pequeños y jóvenes.
Comunicado:
A pesar de no contar actualmente con ningún Convenio de Colaboración, como anteriormente, y sin ninguna aportación, la Federación ha sido llamada desde la Concejalía de Educación para impartir los talleres de concienciación cívica y medioambiental en los colegios que tradicionalmente realizaba. Llamada que no ha dudado en atender, por el compromiso adquirido con los niños y jóvenes de nuestra ciudad durante muchos años, para concienciarlos con el fin de que se conviertan en personas responsables y respetuosas con su entorno y el medio ambiente.
La Federación y el movimiento vecinal, son a quienes todos llaman cuando se necesitan voluntarios y personas que desinteresadamente dediquen su tiempo y esfuerzo a labores sociales que redunden en nuestra ciudadanía, sin darles nada a cambio, ni siquiera, en ocasiones, ni un simple “gracias”. Federación que ha sido desprestigiada por algunos, quienes por su falta de gestión y compromiso, menospreciando su trabajo, se vio abocada a dejar sin empleo a quien hoy, como entonces, imparte los talleres que se le ha solicitado.
Desde el área de voluntariado de la Federación Local de Asociaciones Vecinales, se pone en valor la oferta educativa municipal, en la que siempre ha creído y considera fundamental para crear conciencia.
Sin embargo lo que sorprende y mucho a la Federación, es que no se haya luchado y gestionado de verdad para poner en marcha el Convenio de colaboración, que tan buenos resultados ofrecía para la ciudad, como es un ejemplo la oferta educativa, pero ya sabemos que aquí no impera la política desde, por y para la ciudad, sino que prevalecen los colores y directrices de partidos, que en numerosas ocasiones solo benefician al político que las adopta.
Desde la Federación se demanda más participación ciudadana, pero de la de verdad, contando con el movimiento vecinal para todo, lo bueno y lo no tan bueno, escuchándolo y dejando que se le oiga, acordándose de él para hacer efectivo el derecho a la participación, y no sólo para sacarle las castañas del fuego, cuando hay actividades o espacios que se quedan sin contenido.