Ángel Quintana
Recuerdo a mi llegada a la Concejalía de Comercio que me impactó la escasez de medios y de partidas presupuestarias para desarrollar la correspondiente labor. De ella depende la plaza de abastos, la OMIC y la dinamización general de la ciudad junto a toda la venta ambulante de El Puerto.
Los profesionales técnicos, bien formados, con ganas, amplia experiencia y deseo de hacer progresar la ciudad, enmendaban las carencias materiales sacando, todo y más, lo que se le pedía. Gran parte de su trabajo consistía en “cazar” líneas de subvenciones para levantar el pequeño y mediano comercio de la ciudad que sufre una crisis endémica desde finales de los noventa.
En medio de la vorágine, las asociaciones de comerciantes luchaban, y luchan, por sacar sus negocios hacia delante con más ingenio que respaldo de la administración local.
El Centro Comercial Abierto de El Puerto se convirtió en un canal esencial para auxiliar a la Concejalía de Comercio en todos sus cometidos, un aliado natural ante la ingente labor de reflotar a nuestras pymes del centro y un salvavidas que agilizaba todos los trámites burocráticos que el Ayuntamiento, como administración, tenía que afrontar cada vez que pretendía impulsar algunas de las actuaciones tan necesarias para animar calles y plazas atrayendo al público indispensable para las ventas y el consumo.
Campañas como la de otoño y navidad fueron señas de colaboración entre el Ayuntamiento y el CCA, subvenciones que permitían conciertos en la vía pública, mercadillos, campañas de aparcamiento subvencionado en el centro, concursos y un largo etcétera que hacía que dicha simbiosis empresarios-consistorio saliera rentable y redundara en el bienestar de la ciudadanía.
El pasado mes de agosto el CCA cerraba sus puertas y pocos desde el Ayuntamiento evitaron su desaparición y, mucho menos, promovieron el reconocimiento de años de sacrificio y trabajo por El Puerto. Sirvan estas palabras como pequeño homenaje a todos los presidentes, juntas directivas y asociados que a lo largo de la trayectoria del CCA tanto lucharon por la ciudad, con especial cariño por la experiencia vivida, a su última gerente, Lucía González, y su último presidente, Miguel Ángel Moreno por su dedicación y esfuerzo personal y profesional.
Ojalá algún día volvamos ver resurgir a esta entidad seria, competente y profesional. Parece que nadie se acuerda ya, nuestra memoria como portuenses es, a veces, débil.